Diseños cortados en materiales más ligeros, como la seda y la muselina, que explotan toda su caída gracias a los volantes y las capas con mucho vuelo, abrazando el cuerpo de la mujer de forma sutil. Vestidos rojos intensos y borgoñas para aquellos diseños más estructurados, y nude y arenas para los más livianos.
Fuente: vogue
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